20 de octubre de 2009

RESTAURACIÓN DEL INMUEBLE

Toda restauración como toda historiografía es una recuperación del pasado reinterpretado desde el presente. La de este inmueble supone una redefinición del estilo de la época en que fue construido (1873-1903) adaptándolo al uso nuevo a que se destina. El diseño básico y el levantamiento de planos fue realizado por el eminente restaurador limeño Arq. Juan Luis Birimisa, muerto en muy temprana edad, no bien había concluido el diseño que realizó gratuitamente. A lo largo del proceso de restauración, el insigne artista latinoamericano P. Maximino Cerezo Barredo colaborador y amigo del CETA fue diseñando la totalidad de los elementos decorativos inspirado en el estilo Art Nouveau, característico de la época del caucho. Escaleras, vitral, barandas, techos, lámpara central, mural y otros detalles, son obra de este muralista, que cuidó personalmente cada detalle desde la primera etapa de los trabajos. Sala de exposiciones Sala de lectura

La Biblioteca Amazónica consta de los siguientes espacios y ambientes: escalera principal con el vitral al fondo, que contiene a gran dimensión una multicolor reproducción del Ex Libris de la Biblioteca; antesala y sala de exposiciones, de original artesonado moderno en madera de canela moena de leve color castaño; sala de lectura, con una hermosa lámpara diseñada por Cerezo y realizada por el artesano Juan Vela; un mural de 21 metros cuadrados, que representa la cosmovisión de los pueblos amazónicos y que sugiere a los visitantes una variedad de significados; la dirección y los servicios tanto de los usuarios como del personal interno; la hemeroteca; un ambiente dedicado a materiales audiovisuales y, finalmente, el espacioso depósito de libros.

EL PALACIO DE LA PREFECTURA

El inmueble es un edificio de estilo neoclásico construido en el año 1873, según indica el margesí de bienes nacionales, en su primer piso. El segundo fue mandado levantar en 1903 por el Prefecto Coronel Portillo.
Es el primer edificio realizado con ladrillos y tejas fabricados en la Factoria Naval. La primera reparación se realizó a partir de 1887, "para evitar que el edificio continúe deteriorándose". Nuevamente se restauró en 1893, "para evitar que se pierda ese bien fiscal", dice literalmente la R.S. de 17 de junio de ese mismo año . En 1903, por Resolución Suprema fechada el 17 de agosto, se mandó reparar y adecuar el edificio para guarnición militar. Esta obra fue realizada por los contratistas Serra y Altimira y Motta, y costó 658 libras peruanas.
Según consta en el citado margesí la obra fue diseñada por el arquitecto Cristobal Rosas.
En el primer piso destaca la sucesión de ventanas que acaban en arcos de medio punto, cubiertas de rejas de fierro de barrotes redondos. Resaltan las molduras y jambas como ornamento sobre paramentos planos.
Hacia la calle Morona sigue la secuencia de vanos, rejas y puertas. La segunda planta repite en su parte central los vanos del primer piso, con tres altos y esplendorosos ventanales con balcón ubicados sobre la puerta principal. En la esquina, luce un gran balcón esquinero y saliente, sostenido por ménsulas. Dos espigadas ventanas con arcos de medio punto miran a cada uno de los frentes: al Amazonas y a la secuencia del malecón por la calle Morona. Todos los balcones tienen balaustres tradicionales. En el interior del edificio hay un patio grande con arquerías sostenidas por columnas rectangulares con molduras.
Entre los pilares lucen finas balaustradas que separan las galerías de los jardines centrales. Allí se encuentran el despacho y demás oficinas del Prefecto y el llamado Salón Rojo para sesiones oficiales.

19 de octubre de 2009

UN SUEÑO HECHO REALIDAD


La idea surgió del entonces Prefecto del Dpto. de Loreto, el Quimico Farmacéutico Sr. Toribio Herrera Avalos, en 1984. Había quedado desocupado el ambiente del segundo piso de la Prefectura, al trasladarse la Dirección de Correos a su inmueble propio. Comenzó asi un proceso de largos trámites, en los organismos competentes del Estado a fin de que fuese ahi donde funcionase la Biblioteca Amazónica.
Tuvieron parte importante en las primeras gestiones, aunque infructuosa, los entonces diputados por Loreto, Orison Pardo y Teddy Bendayán. Sin embargo solamente se llegaría a concretar merced a una gestión personal del diputado Pardo Mattos con el Presidente Alan Garcia en 1986, año en que se realizó entre el Vicariato Apostólico de Iquitos y la Prefectura, entonces al mando del Dr. Alfredo Marill Cobos, un Convenio de Comodato para la ocupación del inmueble (02-11-1986). De no haber mediado la constancia del Dr. Pardo, no contaríamos con este edificio. A él se debe en gran parte esta obra.
La Resolución Ministerial Nº 743-86-ED del 30.12.86 declaró Monumento Nacional el edificio. Más tarde se instalaría allí de modo precario y provisional la Biblioteca, después de haber suscrito un convenio con la Dirección Regional de Educación el 12 de Setiembre de 1990.
La inauguración provisional tuvo lugar el 6 de Noviembre de 1990. En 1991 el Consejo del Gobierno Regional acordó apoyar financieramente el proyecto de restauración del inmueble para este fin. El convenio para la realización del proyecto fue firmado entre el Pdte. del Gobierno Regional Dr. Gilberto Alvan Acosta y el Director del CETA P. Joaquin Garcia el 24 de Mayo de 1991. Con la transferencia de la primera armada se comenzaron las obras de restauración el 3 de Julio de 1991.

2 de octubre de 2009

ORIGEN DE LA BIBLIOTECA AMAZONICA

En mayo de 1972 fue creado por el entonces Vicario Apostólico de Iquitos, Mons. Gabino Peral de la Torre, el Centro de Estudios Teológicos de la Amazonía (CETA), institución que tenía como objetivo adecuar las orientaciones del Concilio Vaticano II (1965) a la compleja realidad sociocultural de la selva amazónica. Había que aportar elementos teológicos de reflexión para lograr la "encarnación de la Iglesia" a nuestra realidad, por lo que contar con una biblioteca era una necesidad inherente para alcanzar este propósito. Al año siguiente, con el aporte de la biblioteca personal de algunos sacerdotes, se reunió un centenar de libros sobre teología y filosofía. Nacía así con vida propia lo que hoy es la Biblioteca Amazónica.
Los nombres de tres sacerdotes agustinos, muertos en temprana edad, quedarán grabados para siempre en la rúbrica que llevan los libros que generosamente pusieron al servicio del bien común: Valentín García, Agustín Alcalá y Jesús San Román.
Sin embargo, faltaba otra dimensión del proceso. Si era suficiente, aunque modesta, la cantidad de títulos bíblico-teológico-pastorales, no lo eran ni de lejos los fondos de carácter histórico, social, y, sobre todo, amazónico. El CETA se dio a una búsqueda indesmayable. Fue una silenciosa pero intensa campaña conocida como "la repatriación de la información". Librerías del viejo del mundo, contactos personales, compra de libros nuevos, rescate de testimonios pasados, acopio de audiovisuales, hemerotecas y mapas que recogiesen cuanto vestigio apareciese de la memoria de nuestro pueblo.
Hay que reconocer el trabajo indesmayable y el desprendimiento del P. Jaime Regan jesuita, quien hurgó afanosamente en todas las librerias de la Lima antigua y adquirió cuanto libro, folleto y documento halló sobre la Amazonía; el eminente etnohistoriador brasilero Carlos de Araujo Moreira Neto que cedió más de 2,000 títulos de su voluminosa biblioteca privada; el etnólogo peruano Stefano Varesse que donó también su propia biblioteca de 2,500 títulos; y el periodísta y cronista de Loreto, Luis Alfonso Navarro Cauper, quien antes de su muerte, legó al CETA su colección de periódicos y archivos personales.
En menos de 10 años se logró conseguir que la colección sobre temática amazónica fuese la más rica del Perú y una de las más importantes de América Latina.

29 de septiembre de 2009

BIENVENIDA

La Biblioteca Amazónica se hace presente en el mundo blog con la finalidad de dar a conocer la riqueza que atesora en su interior. Una biblioteca nacida para difundir las costumbres y tradiciones de los pueblos amazónicos y cuyo fin primordial es el de preservar la cultura amazónica.
Ubicada en el corazón de la Amazonía Peruana, la Biblioteca Amazónica va al rescate de la memoria de un pueblo como Iquitos.
Bienvenidos y esperamos sus comentarios.